5.17.2009

Cuento Corto

Cuento de Hadas "El Caballero Roble"

By Ale!

 

Cuéntase que existió en una tierra al Sur, un noble y no muy apuesto caballero, a quien el despecho de amor de una meretriz, le maldijo, tornándole en un gran roble sito en el prado; y solo rompería el encantamiento que este se arrepintiere de haberla dejado, o cuando habiendo pasado mucho tiempo otra joven le tendiese sus cuidados y el corazón del caballero, renaciere dentro del tronco una vez mas.

El caballero dentro del roble era consciente de todo lo que a su alrededor se desplegaba, mas solo podía pensar y observar, pasado cierto tiempo, torno sus pensares y sentires, en canciones de triste cadencia, mas la esperanza siempre estaba presente en sus melodías, incontables los siglos se sucedieron, y tanto viajeros cansados, como burgueses atribulados por sus finanzas, cuerpos cansados convergían en el páramo del Gran Roble, donde este les brindaba reparo y solaz a las osamentas desgastadas, y mentes perturbadas; con las hermosas canciones que hacia al viento tañer en su follaje.

Se decía en las comarcas que el Roble del Prado poseía sin duda propiedades “Divinas” y por eso, si bien las comarcas pasaron a ser aldeas o ciudades el Roble, jamás fue talado o movido, y se hablaba muy bien de sus propiedades sanadoras, en las calidas noches de primavera era cuanto mas lejos se podían oír las elevadas melodías que su follaje ofrecía, y aun cuando todo el prado reverdeciera el Roble vestía en rojo y oro su galanura, lo cual lo hacia aun mas extraño a las gentes del lugar. Aun así el tiempo transcurrió y nada hacia probable que el encantamiento declinara, más el caballero árbol, no resentía su decisión,   hidalgo hasta el fin, soporto estoicamente, su siniestro sino.

Su dolor, grande como el mundo, sus raíces penetraban muy profundo en la tierra, el tronco se añejaba, agregando mas y mas anillos a la corteza… siempre ahí, resistiendo los embates del tiempo y la naturaleza, los siglos devinieron en milenios, y su dolor mas grande, pero acorde crecía su tormento, también lo hacia su templanza y su visión de un futuro prospero, se agigantaba. Tres doncellas, en todo ese tiempo captaron su interés, convirtiendo sus tonadas en sinfonías pequeñas, mas estas no comprendían la verdadera esencia, y su tiempo paso, solo una de las vírgenes siguió atendiéndole, pero solo obtuvo su gratitud.

Hasta que un buen día o, mas bien, una buena tarde, dio en pasar por allí una joven, quien acercose al Roble y le saludó, Bella y Graciosa como mil amaneceres!!! Tanta era su gracia, y personalidad, que llamo poderosamente la atención del Roble, devolviole este el saludo con una intrincada serie de sonidos como jamás recordaba haber podido, la joven se sorprendió al entenderle, y ente tonadas y palabras surgió una amena charla.

Fueron solo unas horas esa tarde, breves momentos en los milenios de soledad, pero… este supo que algo estaba por acontecer, y se abrió, contando de si; fue entonces cuando a una sola palabra de su calida y armoniosa voz, sincera y calida, el casi extinto corazón humano dentro de la corteza… se estremeció, había latido… Seria posible que???... al preguntárselo, su tormento se hizo más grande.

Aun cuando el ansia acuso un grito de Libertad… El no quiso ilusionarse más de lo factible…

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