La Princesa en Andrajos
Entre sus paredes de cartón enmohecidas y deterioradas por las lluvias que asolaban al lugar, vivía una muchacha de unos veinte años de edad, de una belleza común y una pobreza tal que no habia sido vista nunca antes, aún asi ella siempre marchaba graciosa y de buen talante, no aceptaba la conmisceración de nadie y ofrecerle algo era un ultraje a su dignidad, cualidad que le sobraba, dotándola de un aura de realeza, que pocos consideraban normal y... la mayoría criticaba, pues siendo tan pobre pensaban, debia exigir la caridad y aceptarla de buen grado, de seguro estaría loca, pensaban las mentes comunes, pero ella era feliz y a nadie dañaba.
En su fuero interno Ariadna, tal era su nombre, sabía que el dia llegaría en que sus esfuerzos fueran coronados con el éxito y ascendería a los estratos mas altos de la sociedad, para ello trabajaba con mucho ahínco en las mas diversas tareas sin quejarse jamás, sabia que en el momento de aceptar el trabajo, fuese este malo o bueno, no debía quejarse, que era ella la que elegía y que nadie la forzaba, ella era dueña de su destino.
En el pueblo a modo de insulto, la habían apodado “la Princesa andrajosa” que se creería esa niña... que era mejor que todos nosotros??? Si la superamos en riquezas, aún el mas pobre de nosotros, pobre loca, mas ella no hacia caso de las habladurías y proseguía su vida, indiferente a los vientos malvados de las lenguas mediocres que habitaban el mundo.
Cierto día caminando por la ciudad con su típica donosura, cruzando por el parque, se topó con un maletín, al abrirlo, no pudo contener su sorpresa, estaba éste lleno de billetes, quien podía ser tan descuidado como para dejarlo al pie de ese banco de plaza??? se preguntó Ariadna y viendo que no había nadie en los alrededores, se dispuso a revisarlo, habia tambien unos papeles con una dirección y el membrete de una empresa, dudó un momento, pero se decidió a ir allí, era temprano aún, por lo que se puso a leer uno de sus libros que llevaba siempre encima para sus ratos de ocio, otra de las peculiaridades de su persona que nadie comprendia, de seguro era la causa de sus delirios de grandeza... la lectura es para los encumbrados, no para las mentes como las nuestras que deben solo pensar en el trabajo y los sufrimientos de ser poco agraciados, que bien podrían hacernos esas palabras raras que usan los que escriben??? Era el pensamiento mas o menos enquistado en esas partes. Ella sin embargo, gustaba de leer a los grandes y no solo literatos, sino tambien pensadores como Platón, Aristóteles, Nietzche, Toynbee y algunos otros, su secreto era que siempre habia seguido estudiando, no formalmente ya que no podia permitírselo, pero si de modo autodidacta, esa era su seguridad de que llegaría alto en la vida, aun cuando todo estuviera en su contra, ella seguiría firme. Con el maletín entre las piernas y absorta en las paginas de Crítica de la Razón Pura de Immanuel Kant, mas por lo que no revelaba, que por lo que decía en si, miró la hora, eran casi las diez, guardó el libro cuidadosamente y se encaminó, hacia la sede de esta compañía sita en Reconquista y Paraguay, tuvo que hacer uso de sus mejores modos, dado que por su aspecto no querían dejarla ingresar, luego de un rato finalmente tomó el ascensor que la llevaría a las oficinas buscadas, allí la recepcionista la atendió con fría cortesia haciendole tomar asiento.
Luego de un rato de espera interminable y no pudiendo concentrarse en las páginas de su libro, un hombre alto, de mediana edad y muy elegante, la llamó por su nombre haciéndola ingresar a su despacho.- “ Señorita, comprenderá que estoy muy ocupado, por lo que le ruego sea breve, hemos perdido mucho dinero hoy y esto será un desastre magno” le dijo cortés-. “ Entonces quizás pueda darle una buena noticia, he encontrado esto en la plaza a unas cuadras de aquí”-. Y le extendió el maletin, ante la mirada asombrada del de fina estampa.-” Pero... como es posible??? Donde has encontrado eso dices? A Dios gracias, muchacha, no sabes lo agradecido que estoy”-. Dijo éste en el tono apasionado de quien recupera su alma luego de un gran tormento.-” Como podré recompensarte? No sabes lo que has salvado pequeña”-. Le dijo éste y ella le respondió lo mas humildemente que pudo.-” Un empleo estaría bien, es la única recompensa posible, cualquier empleo, no se arrepentirá”-. El rostro se le contorsionó de manera incomprensible y trató de ocultarlo, era la recompensa mas inverosímil que había oido en años, la gente como ella solía pedir dineros que creían importantes y que para el representaban monedas, pero empleo, jamás lo hubiera creido posible, por otro lado, de que podría servir esta muchacha harapienta, pero, la entrevistaría y le haría ver que no era apta para empleo alguno en esa compañía, era lo menos que podía hacer por ella, por lo que en tono displicente le dijo.-” Toma asiento Ariadna por favor, esto tomara un rato; dime, que estudios posees? Que experiencia laboral tienes?-.-” Lo cierto es que siempre he hecho labores de limpieza, pero soy capaz de aprender con rapidez cualquier cosa”-. Afirmó con seguridad en si misma.-”En cuanto a estudios formales, ninguno, solo mis aprendizajes sobre lo leido en mis areas de interés Señor, que son variadas y soy enteramente autodidacta”-. Dijo de modo totalmente convincente, Patricio se sentía intrigado por la desenvoltura de esta mujer, nunca había presenciado nada igual, estaba ante una joya en bruto, decidió probarla un rato mas, sin darle garantias de nada.
-” En esta empresa contamos con la mas alta jerarquía de ejecutivos, por mucho que desee, no puedo darte un empleo administrativo, pues, al no tener estudios... careces de respaldo, por decirlo de alguna manera y no obstante eso, no presentas el perfil adecuado, tus ropas... en fin, si quieres puedo ofrecerte una buena suma de dinero pero no lo que me pides, espero me sepas entender”-. Le dijo sin reparos, esperando verla desmoralizarse, pero lo que esperaba no llegaría jamás, el rostro de ella se tiñó de indignación, pero duró una fracción de segundo y rehaciéndose, le respondió.” Le entiendo perfectamente, sin embargo, no le he pedido un favor, el juicio de valores ya lo había usted hecho en cuanto entré a esta oficina, no me ofende por supuesto, ni tampoco estoy anestesiada a estas cuestiones, pero verá Usted, yo no carezco en absoluto de respaldo, tengo el de mi mente e inteligencia que no es poco, que es el respaldo sino un elemento en el que apoyarse cuando el que lo esgrime no sabe sentarse derecho por si mismo, lo mismo que un baston a quien no sabe caminar propiamente, de hecho, quizas no pueda convencerlo, ni es mi intención, pero, digame que respaldo tuvo el primer filósofo o el primer matemático, salvo el de su propia sagacidad? Es que acaso Anaximandro tuvo respaldo a sus teorías? O Galileo acaso cuando se opuso a la Santa Iglesia... con su teoría del Heliocentrismo derribando la creencia inversa tal como se tenía, o Colón cuando aseguró que la tierra no era plana como tambien se creía y así tantos otros que solo tuvieron la riqueza de una mente afilada y un mundo artero, mediocre e hipócrita que se les opuso, solo por emitir juicios de valor para no enfrentar la propia ignorancia? Patricio, no debe hacer promesas que no pueda sostener en el tiempo, pero no me ofenda con dinero que no me haya ganado pertinentemente, no es un trabajo remunerable el ser honesto, de hecho, de entre los que conozco, me hubieran aplaudido de haberme quedado con este monto, o con que reciba su limosna, pero no soy de ese tipo de personas, solo quiero lo que puedo ganar, en base a lo que puedo ofrecer, ni mas ni menos, y en ningun otro contexto, si me entiende, tengo mi dignidad y si me prueba en vez de sacar conclusiones podrá apreciarlo, no me regale nada, no creo en la bondad de las personas!-. Finalizó ésta con su faz arrebatada por el calibre de su refutación práctica de la sociedad en que vivimos inmersos en cierto modo, Patricio la miraba incrédulo, realmente era mucho mas de lo que se veía a simple vista... de cuantas cosas mas podría ser capaz este ser de tener la oportunidad justa, se preguntó seriamente y cuando estuvo dispuesto a articular palabra alguna, escucho que ella le decía .-” Buen día y gracias por todo”-. Mientras la puerta se cerraba detrás de ella; pensó que debía apurarse e ir tras ella, de lo contrario la perdería para siempre, pues como habría de encontrarla en el leviatán que es la Ciudad de Buenos Aires, cuando ni siquiera le había preguntado de donde era, tomó aire y salió, cancelando previamente todas sus citas por el resto de la jornada, el portero azorado le dijo que la habia visto salir en direccion a Retiro y preguntó si debía llamar a las autoridades, a lo que recibió un no por respuesta.
La alcanzó a tres cuadras de la sede resollando, le pidió que le esperase un momento para recuperar el aliento, luego le pidió sinceras disculaps y que por favor le aceptara tomar un café, que deberían discutir un poco mas.-” No me hubiera esperado jamás lo que he presenciado Ariadna, entiéndeme cuando digo que no eres una persona de las que abundan, pero sería mucho mejor el mundo si lo hicieran, es increible que en tu “condición” social, alguien se muestre tan digno si es que me entiendes y sé que es así”-. Le dijo como sopesando las palabras y ella le respondió.-” Lo entiendo perfectamente y es que la gente ha olvidado su derecho a Ser y a Vivir, solo aparentan ser y sobreviven en desperfecto equilibrio, y no entiendo a que se refiere con condición social, la sociedad es un constructo, por tal incapaz de condicionar algo, somos los seres humanos los que condicionamos al otro, no en su justa medida, sino mas bien en la medida de nuestra innoble ignorancia, rara vez ambicionamos lo verdadero, pero nos llenamos la boca de ilusiones y altos valores para esconder la bajeza de nuestras verdaderas acciones, yo en cambio solo intento ser genuina, siendo feliz a cada paso y con cada logro, cosa que nadie me podría jamás quitar... la dicha de SER YO y de lograr VIVIR entre tanta subsistencia”-. Lo miró directo a los ojos y agregó.-” Se de lo que soy capaz y por eso creo que mi vida se vería enriquecida con un trabajo en el cual ascender, porque yo ya soy rica de un modo que aterra a los que me rodean, soy millonaria en mi interior, tengo una vida que me es propia y la necesidad de mejorarla también me es imperativa, la verdad en mi, va mas alla de los harapos que visto, pero creo que eso ya lo ha usted comprobado Patricio”-. Puntualizó.
Luego de una hora de intensa charla, el pacto quedó sellado, empezaría a trabajar al día siguiente como su asistente personal, insistió en que debían comprarle ropas adecuadas para su nueva labor, esto no sería un ragalo, ella demostraría su valía en el campo de batalla de la sociedad y su recompensa iría ascendiendo acorde a sus logros, terminada la jornada el le dijo que la esperaba a la mañana siguiente a las ocho en punto, para firmar los pertinentes papeles y se fue contento, rumiando la lección que habá recibido de una princesa andrajosa, a la que nadie hubiera hecho el menor caso, pero el lo hizo y se sentía bien, no por haber dado caridad, no lo había hecho, lo que hacía era pulir un potencial como pocas veces se veía en este mundo moderno... había querido enseñar y terminó aprendiendo “que el valor de las cosas no reside en la ostentación sino en la cosa en sí”.
Ella por su parte, llegó a su casa como siempre, radiante y se preparó para el día tan esperado, ese en el que su viaje hacia la cima comenzaba, sortearía muchas pruebas, dejaría atrás a muchos, pero su capacidad le brindó alas a su sueño y esas alas le trajeron el valor necesario para emprenderlo, corporizando cada una de las lecciones de su precaria vida anterior. Logró superar cada una de las adversidades del empleo y en unos años llego a ser nombrada Directora de Operaciones Ejecutivas de la Compania. Creía poder conquistar al mundo y éste se doblegó ante ella, jamas se dejó vencer por el y por ello pudo vencerse a si misma, al fin y al cabo era y siempre sería una auténtica princesa.
Alejandro Aregger 2011.
Dedicado a la memoria de Ayn Rand que me inspiró una versión distinta de este mundo moderno ya mi otro maestro filosófico Bel Atreides cuya visión también me ha dado otra perspectiva
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